The Siege and the Sandfox | REVIEW
Un metroidvania con alma de sigilo.
The Siege and the Sandfox se presenta como un curioso y encantador experimento dentro del mundo de los metroidvania. Desarrollado por el estudio británico Cardboard Sword y publicado por PLAION, este juego combina plataformas en 2D con mecánicas de sigilo propias de títulos como Mark of the Ninja o el Prince of Persia clásico. Pero lo que realmente lo distingue es su identidad visual: un pixel art trabajado con un motor 3D que genera profundidad, sombra y ambientación como si estuviéramos frente a una obra de teatro viva.
Lanzado el 20 de mayo de 2025 para PC (vía Steam, Epic Games Store, GOG y Humble), llega en un contexto donde la escena indie busca ideas frescas, y esta propuesta se destaca por su identidad estética y mecánica.

Una historia de traición y huida
En esta aventura encarnamos al Sandfox, un personaje ágil y sigiloso que es falsamente acusado de traición y arrojado a las mazmorras de un vasto reino subterráneo. Desde allí, nuestra misión es escapar, descubrir la verdad detrás de la conspiración que nos incriminó y, si es posible, rescatar a un reino que se desmorona desde adentro.
Aunque la historia no reinventa la rueda en su estructura, logra transmitir un tono épico y melancólico gracias a sus textos escritos con estilo clásico y un excelente trabajo de ambientación sonora y visual. No hay cinemáticas extensas ni diálogos forzados: el juego apuesta por contar su historia a través del entorno, documentos escondidos y retazos de conversaciones.
Plataformas, sigilo y exploración: una mezcla refinada
El gameplay de The Siege and the Sandfox es un híbrido que apuesta fuerte al sigilo dentro del género metroidvania, algo poco común. Nuestra capacidad para correr por paredes, escalar, rodar y deslizarnos por rendijas nos da una movilidad exquisita. Pero acá el enfoque no está en el combate directo, sino en evitarlo. No hay armas ni enfrentamientos tradicionales; si un enemigo nos detecta, la única opción suele ser huir.
Esto lo convierte en una especie de Thief o Assassin’s Creed 2D, donde el sigilo es la mecánica central. El ruido que generamos al movernos o caer puede atraer la atención de los guardias, lo que da lugar a una jugabilidad táctica. Contamos con una “rueda de sonido” en pantalla que indica cuán ruidosos estamos siendo, y podemos usar el entorno para ocultarnos o generar distracciones.

Como buen metroidvania, el mundo está interconectado y presenta zonas bloqueadas que solo podremos explorar más adelante al desbloquear nuevas habilidades de movimiento. A diferencia de otros exponentes del género, no se centra en mejoras de combate, sino en herramientas para la evasión, el desplazamiento y la exploración estratégica.
Una joya visual y sonora
El apartado visual es uno de los grandes aciertos del juego. Aunque parece pixel art en 2D, en realidad utiliza gráficos 3D estilizados para imitar esa estética, lo que permite efectos de iluminación dinámica, profundidad real en los escenarios y animaciones increíblemente fluidas.
Cada zona tiene una personalidad copada: desde catacumbas lúgubres hasta salas reales derruidas y pasadizos repletos de trampas. La dirección de arte es de altísimo nivel y genera una ambientación que recuerda a relatos árabes clásicos, como si Las mil y una noches se encontraran con Castlevania.
La música, a cargo de Hyperduck Soundworks, acompaña perfectamente con piezas melódicas y ambientales que refuerzan la tensión o la introspección del momento. También se destaca el diseño sonoro, fundamental en un juego centrado en el sigilo, con efectos de pasos diferenciados según el tipo de superficie, respiraciones, ecos y otros detalles sonoros claves para la jugabilidad.
Rejugabilidad, dificultad y duración
The Siege and the Sandfox no es un metroidvania de combate ni un soulslike. La dificultad no proviene de enemigos duros sino de la necesidad de planear nuestros movimientos y actuar con cautela. Si sos impaciente o te gusta el combate frenético, este no es tu juego. Pero si te atrae una experiencia donde la paciencia, la observación y el sigilo son recompensados, vas a disfrutarlo mucho.

La duración estimada está entre las 10 y 12 horas, dependiendo de cuánto explores o qué tanto te detengas en encontrar secretos y documentos. El diseño del mapa invita a la rejugabilidad, y hay múltiples caminos, atajos y contenido opcional que lo hacen ideal para una segunda partida.
Conclusión de CDF Gaming
The Siege and the Sandfox es una experiencia distinta dentro del género metroidvania. Su enfoque en el sigilo, su movilidad precisa y su increíble diseño artístico lo convierten en una propuesta refrescante para quienes buscan algo diferente. No es un juego para todo el mundo: su ritmo pausado y su dificultad basada en la evasión pueden desanimar a los que buscan acción constante. Pero para los amantes de las experiencias meticulosas, inmersivas y bellamente diseñadas, es una gema que vale la pena descubrir.
Nota del redactor
7.5 / 10