Una nueva sombra se cierne sobre las Tierras Intermedias.

Elden Ring: Nightreign llegó el 29 de mayo de 2025 como la esperadísima expansión del fenómeno de FromSoftware, publicada por Bandai Namco Entertainment. Disponible en PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC, este nuevo contenido descargable lleva al jugador a una zona inexplorada de las Tierras Intermedias, bajo un manto de oscuridad más densa que nunca. Con Hidetaka Miyazaki una vez más al mando, Nightreign se propone extender la experiencia de Elden Ring con una narrativa envolvente, desafíos infernales y una atmósfera que desborda tensión. Esta expansión no es un simple añadido: es un viaje completo, tan vasto y profundo como aterrador.

Un reinado sumido en las sombras

La historia de Nightreign se desarrolla en el Reino de Umbrala, una región oculta más allá del Velo de la Medianoche. Esta tierra fue condenada al olvido tras un antiguo pacto con un dios de la penumbra. Nuestro protagonista es arrastrado allí tras un eclipse total que afecta al mundo base, y pronto se ve envuelto en una guerra de sucesión entre los herederos del Trono Nocturno, quienes han pactado con fuerzas oscuras más allá de la comprensión humana.

La narrativa sigue siendo enigmática, críptica y llena de fragmentos que el jugador debe reconstruir. Se exploran temas como el sacrificio por el poder, el precio de la inmortalidad y la traición entre la sangre real. Si bien no es una historia tan reveladora como Shadow of the Erdtree, Nightreign se destaca por su tono más personal y melancólico, y por introducir nuevas leyendas y criaturas que enriquecen aún más la mitología del juego.

Gameplay afilado como una daga ceremonial

Jugablemente, Nightreign es brutal. La expansión requiere personajes de nivel 120 o más para no ser borrados del mapa en los primeros cinco minutos. El mapa de Umbrala es amplio y vertical, con fortalezas colgantes, ciudades hundidas y bosques que respiran como organismos vivos. Se nota que el diseño retoma lo mejor de Dark Souls III y Bloodborne, con zonas compactas llenas de enemigos acechando en las sombras y atajos bien pensados.

Entre las nuevas mecánicas se destacan los “Ritos de Umbra”, una forma de magia que se alimenta de la oscuridad del entorno. Estos hechizos son poderosos, pero tienen un costo: usar demasiada umbra te va deformando, alterando tu apariencia y hasta cambiando ciertas líneas de diálogo con NPCs. También se suman nuevas armas nocturnas, como las hojas gemelas de obsidiana o la lanza ritual de los Herederos del Eclipse, y un nuevo estilo de invocación: los Vínculos Sombríos, que permiten canalizar el alma de enemigos derrotados en habilidades temporales.

Además, hay cinco jefes principales y al menos una docena de jefes opcionales, cada uno con su diseño enfermizamente detallado y ataques pensados para castigar cualquier error. La Reina Nemia, uno de los combates más memorables de la expansión, alterna fases entre realidad y pesadilla en un duelo que roza lo poético.

Dirección artística de pesadilla

Visualmente, Nightreign es de lo mejor que ha hecho FromSoftware hasta ahora. El estilo gótico se profundiza al máximo, con ciudades ruinosas invadidas por hongos fluorescentes, ruinas cubiertas por ceniza negra y palacios que se disuelven en la niebla. La dirección de arte a cargo de Masanori Waragai brilla con luz propia (o mejor dicho, con sombras propias). Cada zona está cargada de detalles visuales que no solo embellecen el entorno, sino que cuentan historias: estatuas decapitadas, altares olvidados, fuentes de sangre seca.

La iluminación dinámica, potenciada con ray tracing en PC y consolas de nueva generación, logra que la expansión sea literalmente más oscura, obligando al jugador a usar antorchas o habilidades lumínicas para orientarse. El contraste entre luz y sombra no es solo estético, sino mecánico: ciertos enemigos solo se manifiestan en plena oscuridad.

El sonido del abismo

El apartado sonoro no se queda atrás. Yuka Kitamura regresa para componer una banda sonora que oscila entre lo ritual y lo perturbador. Las batallas contra jefes están acompañadas por coros disonantes, cánticos en lenguas olvidadas y cuerdas que se tensan como los nervios del jugador. Cada golpe, cada susurro del viento, cada rugido en la distancia está calculado para incomodar, para alertar que algo terrible se avecina.

En cuanto al doblaje, se mantiene el estilo de actuaciones teatrales y contenidas que caracterizan a la saga. Los pocos NPCs que encontramos en Umbrala tienen historias trágicas, y sus voces—casi siempre apagadas o susurradas—refuerzan la sensación de que todo está al borde del colapso.

Una expansión que exige y recompensa

Nightreign no es para cualquiera. Como toda experiencia Souls, requiere paciencia, precisión y aprendizaje constante. Sin embargo, quienes acepten el desafío encontrarán más de 30 horas de contenido fresco, con builds completamente nuevas, armaduras que cambian la forma de jugar y secretos que aún la comunidad sigue descubriendo.

También se suman nuevas mazmorras dinámicas llamadas Reliquias del Eclipse, que cambian su estructura cada vez que se ingresa, y un modo opcional llamado Herencia de las Sombras, donde se puede rejugar la expansión con una narrativa alternativa desbloqueada tras completar ciertos desafíos ocultos.

Conclusión de CDF Gaming

Elden Ring: Nightreign no solo expande el mundo del juego base: lo ensombrece, lo transforma y lo eleva a una nueva cumbre de excelencia narrativa y jugable. FromSoftware vuelve a demostrar que sabe cómo reinventarse sin perder su identidad, ofreciendo una expansión que es tanto un tributo a lo mejor de su legado como una apuesta a seguir empujando los límites del género. Si Elden Ring fue una obra maestra, Nightreign es el epílogo oscuro que cierra el círculo con majestuosidad y brutalidad.

Nota del redactor

9.5/10

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