Renacer en el purgatorio.

Veintiún años después del primer Painkiller, el infierno vuelve a abrir sus puertas. Painkiller (2025), desarrollado por Anshar Studios y publicado por 3D Realms, marca el regreso oficial de una de las franquicias más icónicas del shooter frenético. Lanzado el 21 de octubre de 2025 para PC y consolas, este reboot busca modernizar la fórmula sin perder la brutalidad ni el vértigo que definieron al original de People Can Fly en 2004. CDF Gaming ya lo testeó en conjunto y acá te contamos qué tal está.

Una historia de redención

En esta reimaginación, el jugador asume el papel de un condenado que despierta en el Purgatorio. La voz del Creador le ofrece una última oportunidad de redención: detener al ángel caído Azazel antes de que desate su ejército sobre la Tierra. No hay sutilezas, ni largos diálogos: Painkiller sigue fiel a su legado de minimalismo narrativo, ofreciendo el contexto justo para justificar la matanza demoníaca que sigue. Los protagonistas —Ink, Void, Sol y Roch— representan distintos aspectos del alma humana, cada uno con habilidades únicas que afectan el ritmo de combate y las estrategias de supervivencia.

Gameplay

El ADN del Painkiller clásico se siente desde el primer disparo. La velocidad, los saltos imposibles y la lluvia de proyectiles son la norma. Este nuevo Painkiller no intenta reinventar la rueda: la refina. El movimiento es ágil, con mecánicas modernas de salto, dash y gancho, permitiendo desplazarse con fluidez por escenarios góticos enormes y verticales.

Las armas —verdaderos íconos de la serie— regresan en versiones actualizadas: la escopeta triple, el lanzador de estacas, el cañón de almas y nuevos instrumentos de destrucción infernal se combinan con mejoras temporales a través de las cartas del tarot, que vuelven con más protagonismo. Estas cartas permiten aumentar daño, velocidad o resistencia, y en modo cooperativo pueden sincronizarse entre jugadores para efectos combinados devastadores.

Cooperativo infernal y caos controlado

La gran novedad de esta entrega es el cooperativo de hasta tres jugadores, una decisión que le sienta sorprendentemente bien al ritmo del juego. Las misiones pueden completarse solo o en equipo, y el diseño de niveles favorece la coordinación sin penalizar el caos. Es un equilibrio difícil de lograr, pero Anshar Studios lo consigue: las hordas son tan implacables que incluso los veteranos se verán obligados a trabajar en conjunto.

El modo Rogue Angel, por su parte, introduce arenas generadas de forma semi-aleatoria con oleadas de enemigos y recompensas progresivas. Es una especie de mezcla entre modo horda y roguelike, ideal para sesiones cortas o para los que buscan un desafío más libre.

Apartado gráfico

Visualmente, el juego es un festival gótico. Las catedrales en ruinas, los pantanos infernales y las fortalezas retorcidas están bañadas en una iluminación que combina el horror con lo divino. Anshar Studios utiliza Unreal Engine 5 con un enfoque estético que roza lo barroco: luces que se filtran por vitrales rotos, demonios que parecen tallados en piedra viva, y partículas que convierten cada disparo en un espectáculo visual.

Los enemigos, como siempre, son grotescos. Desde los enjambres de criaturas esqueléticas hasta los Nephilim —los tres hijos de Azazel que sirven como jefes principales—, cada enfrentamiento impone presencia y ritmo. La escala de algunos combates recuerda a los clásicos boss fights de DOOM Eternal o Shadow Warrior 3, pero con un toque más místico y decadente.

Guitarras, gritos y redención

El sonido es otro de los pilares del regreso. Painkiller fue siempre sinónimo de metal pesado, y esta entrega no defrauda. La banda sonora combina riffs furiosos con coros angelicales distorsionados, creando una dualidad perfecta entre lo celestial y lo infernal. Las armas suenan potentes, cada explosión sacude el entorno, y las voces demoníacas retumban con un diseño sonoro de primera.

El infierno te espera, otra vez

El nuevo Painkiller no busca ser un shooter accesible. Incluso en dificultad media, el juego exige reflejos, conocimiento de los mapas y precisión. Las oleadas son numerosas, los jefes castigan cada error y las arenas no dan respiro. Sin embargo, esa exigencia es parte del encanto: cada victoria se siente merecida.

La rejugabilidad es alta, no solo por los cuatro personajes con estilos distintos, sino también por la posibilidad de experimentar con cartas del tarot y rutas alternativas en el modo campaña. El cooperativo invita a repetir misiones con diferentes configuraciones y estrategias, algo que le da vida al título mucho después de terminar la historia principal.

Una resurrección que respeta su legado

Este Painkiller entiende perfectamente lo que los fans esperaban: velocidad, armas imposibles y hordas demoníacas que no dan tregua. No pretende reinventar el género, sino recordarle al mundo por qué este nombre fue sinónimo de “shooter puro” durante los 2000. Con mecánicas actualizadas, un apartado técnico sólido y una ambientación de pesadilla, el regreso de Painkiller es una carta de amor al caos, la violencia estilizada y la redención sangrienta.

Conclusión de CDF Gaming

Anshar Studios logró lo impensado: revivir Painkiller sin traicionar su espíritu. No es un juego para todos —requiere reflejos, paciencia y gusto por la carnicería digital—, pero para los fans del FPS de la vieja escuela, es una misa sangrienta imperdible.

Nota del redactor

7.5 / 10

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