Skate Story | REVIEW
Patinando por el infierno.
Skate Story es uno de esos juegos que parecen surgir de la nada y, de repente, se convierten en una obsesión. Lanzado el 8 de diciembre de 2025 en PC, este título fue desarrollado por Sam Eng y publicado por Devolver Digital, una dupla que ya de por sí anticipa una experiencia poco convencional. Tras varios años de desarrollo y una fuerte presencia en festivales indie, finalmente llegó su versión final… y no decepcionó: hoy ostenta reseñas extremadamente positivas en Steam, algo que no es casualidad. SKATE STORY no es solo un juego de skate, ni solo una aventura narrativa: es una experiencia sensorial, artística y jugable que mezcla precisión, filosofía y mucho estilo.
Historia
La premisa es tan absurda como brillante. Sos un demonio del Inframundo, hecho de cristal y dolor, al que el Diablo le entrega un skate y una misión “simple”: patinar hasta la luna y tragártela para ganar tu libertad. A partir de ahí, el juego te lleva a atravesar las nueve capas del Inframundo, un lugar opresivo, surrealista y cargado de simbolismo. En el camino te cruzás con demonios hostiles, almas torturadas y personajes extrañamente entrañables, como una rana olvidadiza que parece salida de un sueño febril. La narrativa no se cuenta de forma tradicional, sino que se filtra en diálogos crípticos, situaciones absurdas y reflexiones inesperadas sobre la perseverancia, el ego y la humildad. Todo muy en línea con el tono existencial que propone el juego.

Gameplay
Acá es donde la obra realmente se luce. El control del skate no busca imitar a títulos clásicos como Tony Hawk o Skate, sino que propone algo mucho más físico y deliberado. El peso del personaje, la inclinación y el timing son fundamentales para avanzar. Cada ollie, kickflip o grind se siente como una pequeña victoria personal, especialmente en las primeras horas. No es un juego fácil: exige paciencia, práctica y aceptar el error como parte del aprendizaje. A medida que progresás, el sistema se vuelve más natural y fluido, permitiéndote encadenar trucos, atravesar zonas complejas y hasta combatir demonios usando giros y movimientos bien ejecutados. La sensación de dominio es increíblemente gratificante.
Diseño de niveles
El Inframundo está dividido en múltiples zonas que funcionan como niveles abiertos, con caminos precarios, parques de skate improvisados, salientes encerados y huecos que parecen diseñados para hacerte caer una y otra vez. No siempre hay una única ruta correcta: muchas veces el juego te invita a explorar, experimentar y crear tus propios desafíos. Este enfoque hace que cada jugador viva la travesía de forma distinta. Hay momentos de tensión pura, donde un error significa volver varios metros atrás, y otros de absoluta libertad, deslizándote por escenarios imposibles mientras encadenás trucos casi sin pensar.
Progresión y personalización
La progresión está ligada tanto a la habilidad como al equipamiento. Podés “vender tu alma” para conseguir nuevas tablas, ruedas y ejes, cada uno con estadísticas y sensaciones distintas. Además, el juego cuenta con más de 70 trucos que se van desbloqueando a medida que completás pruebas y subís de nivel. No se trata solo de acumular movimientos, sino de aprender cuándo y cómo usarlos. Algunos desafíos te piden precisión extrema, otros creatividad, y muchos combinan ambos aspectos. Esta progresión constante mantiene el interés durante toda la campaña y refuerza la sensación de crecimiento real como skater.

Gráficos
Visualmente, Skate Story es muy lindo. Su estética minimalista, con personajes translúcidos, escenarios oscuros y efectos de luz que parecen sacados de una instalación artística, le da una identidad única. El Inframundo no busca ser realista, sino evocador: ceniza, humo, concreto supurante y paisajes abstractos construyen un mundo tan incómodo como fascinante. Hay momentos en los que el juego te invita literalmente a detenerte y “deleitarte con la belleza del momento”, algo poco común en un título de skate.
Sonido y música
La banda sonora es otro de los grandes pilares del juego. Compuesta principalmente por Blood Cultures, con temas adicionales de John Fio, acompaña perfectamente el viaje por el Inframundo. Los ritmos psicodélicos y melancólicos refuerzan la atmósfera introspectiva del juego, funcionando casi como un estado mental más que como simple música de fondo. El sonido del skate sobre las superficies, los impactos y los ambientes también están muy bien logrados, sumando inmersión y coherencia a la experiencia.
Dificultad y rejugabilidad
Claro está que no es para cualquiera, y eso es parte de su encanto. La curva de aprendizaje puede ser dura, especialmente para quienes buscan algo más arcade. Sin embargo, una vez que el sistema “hace click”, el juego se vuelve adictivo. La rejugabilidad está garantizada por los desafíos opcionales, la exploración libre, la mejora constante del equipamiento y el simple placer de perfeccionar rutas y trucos. Es de esos juegos a los que volvés no porque tengas algo pendiente, sino porque querés patinar un rato más.
Conclusión de CDF Gaming
Skate Story es una experiencia única que combina skate, arte y narrativa de una forma pocas veces vista en el medio. Devolver Digital vuelve a demostrar su ojo para los proyectos distintos, y Sam Eng entrega una obra que difícilmente se olvide. Si estás dispuesto a caer, levantarte y seguir patinando, el Inframundo te espera… bastante subido de swag.
Nota del redactor
8/10
