ANI-CON 2025 | Crónica desde Costa Salguero

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CDF Gaming estuvo presente en el evento argentino.


El sábado 6 y domingo 7 de septiembre se vivió en Buenos Aires una nueva edición de Ani-Con, la convención más grande de anime y cultura japonesa del país. En el Centro Costa Salguero, cientos de fans —entre rosque-otakus, cosplayers, melómanos de openings y coleccionistas— se juntaron para disfrutar de dos jornadas con shows, invitados, concursos y un ambiente que respiraba pasión por lo japonés. Acá te cuento lo más destacado, lo que funcionó bien y lo que podría mejorar para las próximas.


Ambiente general y llegada

Desde temprano los pasillos de Costa Salguero ya bullían. Gente con mochilas llenas de merch, cámara lista, cosplay improvisado o súper trabajado, saludos de “qué estás haciendo”, “la vi a tal cosplayer”, “¿te sumás para comer algo?”. Las colas para ingresar fueron largas, como en casi cualquier gran convención, pero la logística de acreditaciones, tickets y accesos pareció estar bastante aceitada. Aunque algunos asistentes comentaron que los accesos tardaban más de lo esperado en ciertos horarios pico.

El espacio principal —el pabellón 4 de Costa Salguero— estaba bien distribuido: hubo lugar para los grandes escenarios, para los stands de comida japonesa, para los artistas, los puestos de merch, el Artist Alley y zonas de descanso. Eso ayudó para que el movimiento entre actividades no se sienta tan agotador, cosa que a veces molesta en convenciones concurridas.


Shows e invitados destacados

Uno de los puntos más fuertes fue la grilla de invitados. Estuvo la banda ALI (Alien Liberty International), con un show potente que mezcló funk, hip hop, jazz y la energía característica de los openings de series como Jujutsu Kaisen, Beastars y Dr. Stone. Fue uno de esos momentos que obligaban a quedarse para el final del día.

También impactantes fueron los hermanos del doblaje latino: Mario Castañeda y Laura Torres, voces oscuras pero súper reconocibles de Dragon Ball. El público los recibió con mucha nostalgia, aplausos y emoción. Mike Leal, otro de los invitados, puso la cuota de variedad desde su experiencia en doblaje de Attack on Titan, Pokémon y Naruto. Y no faltó la música de la mano de Adrián Barba, autor de openings muy queridos, como los de Dragon Ball Z o Slam Dunk.

El espectáculo “Ghibli en Concierto” fue otro momento emotivo. La propuesta de Japan Trio Experiment, fusionando instrumentos tradicionales japoneses con arreglos más contemporáneos, generó silencio y admiración, especialmente en quienes crecieron con Miyazaki.


Actividades, concursos y cultura pop

El Cosplay Alley, los concursos de cosplay —incluyendo la final de la Yamato Cosplay Cup que reunió representantes de varios países de Latinoamérica y Europa— fueron de lo más vibrante. Full creatividad, variedad de estilos y con premios interesantes en efectivo. Había momentos en los que parecías estar viendo una pasarela de talentos: luces, poses, detalles en vestuarios impresionantes. También se sintió fuerte la presencia de ilustradores y artistas emergentes en el Artist Alley, con puestos que vendían desde prints grandes hasta comisiones express.

La gastronomía japonesa no decepcionó: ramen, sushi, takoyaki, onigiri y otras delicias estaban presentes en los patios de comida, lo que sumaba sabor al recorrido y permitía “una pausa cultural” entre paneles y shows.

No faltaron workshops de origami, bonsái, espectáculos de taiko y también mercados de objetos coleccionables, kimonos, amuletos, merchandising oficial y fanmade.


Lo que funcionó bien

  • La variedad de actividades: desde música, doblaje, hasta talleres tradicionales. Esa mezcla hizo que haya algo para cada tipo de fan, no solo los que van por el cosplay o por ver bandas.
  • El nivel de los invitados: voces de doblaje, bandas internacionales, conciertos traducidos en emociones.
  • Producción decorativa: iluminación, escenografía, ambientación general. En momentos de shows principales la atmósfera era casi mágica.
  • El cronograma: relativamente puntual, con tiempo para moverse entre espacios, para descansar, para comer.

Lo que podría mejorar

  • Aglomeraciones en ciertos horarios pico, especialmente justo antes de algunos shows populares. Tal vez habría que pensar en más accesos o rutas internas de circulación. De hecho algún bunker más hubiera sido fantástico.
  • Algunos puestos de comida tenían largas filas o demoras, lo que pasó incluso cuando había alternativas.
  • Costo de algunos meet & greet, merchandising oficial o stands con precios elevados; si uno no va con dinero extra se queda mirando en lugar de disfrutar plenamente.
  • Señalética interna podría mejorar: aunque había carteles, varias personas comentaron que perdían paneles o no encontraban rápido dónde era el evento al que querían ir.
  • La prensa no tuvo acceso a conversar con los invitados y no pudimos traerles testimonios de primera mano.

Conclusión de CDF Gaming

Ani-Con 2025 cumplió con creces la expectativa de ser mucho más que una convención: fue un ritual colectivo, una celebración del fandom, la cultura japonesa y el anime con altísimo nivel. Lo mejor estuvo en los shows emocionales, los grandes invitados, el cosplay y cómo se vivía cada espacio con convicción. Quizá quedaron algunas pequeñas asignaturas pendientes en logística y confort, pero nada que ensombreciera la experiencia general.

Para los amantes del anime fue un fin de semana para recordar, para los organizadores un claro mensaje: si se cuidan los detalles, la convención puede seguir creciendo y entregando momentos de altísima calidad.

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