Quinta a fondo en la simulación de automovilismo.

No soy un fierrero de raza, pero manejar es una cosa que realmente me encanta. Si bien no voy al autódromo cada fin de semana, sí me entusiasma ver F1 o de repente me vienen a la mente flashbacks de domingos con mi abuelo mirando TC en Canal 13 y quedarme pegado al televisor. Con el paso de los años me di cuenta que, si bien soy un ignorante en mecánica, sí aprendí mucho de autos. Gran parte de ese aprendizaje se lo agradezco a los videojuegos. 

Mi primer acercamiento fue en el final de los 90 y principios de los 2000, momento en el cuál se empezaron a aperturar los subgéneros, como el arcade, los simuladores de carreras, los karts o incluso tengo memorias de racing games con armas. Algunos de los títulos más disfruté en aquel entonces fueron Super Mario Kart, Gran Turismo, Need for Speed o Twisted Metal. Cada uno tuvo su particularidad y con el tiempo obtuvieron secuelas (las cuales intenté probar todas) y trajeron novedades técnicas y tecnológicas.

Hoy estamos frente a un lanzamiento que esperé muchísimo: Forza Motorsport. El primer vistazo que pude darle fue en Xbox Game Showcase este año en Los Ángeles, el cual tuve la fortuna de asistir en persona y, si bien no pude jugarlo, sí pude ver a los desarrolladores correr una carrera completa. Mi sensación fue ambigua, dije: “Wow, esto es mega real”, pero después aflojé porque ya Forza Motorsport 7 se veía de perlas. Ahora bien, esa carencia de sorpresa nos pasa con todo, por ejemplo cuando comparás el iPhone 15 contra el 14. Sí, probablemente tenga mejoras pero es más o menos lo mismo. Ahora bien, cuando chequeas el iPhone 15 vs el iPhone 10, vas a ver un salto importante. Con los títulos de autos ya se viene teniendo un estándar altísimo de hiperrealismo y por eso cuesta más sentir el impacto. No obstante, cuando llegó el momento de probarlo hace algunas semanas todo eso cambió porque realmente se me abrieron gran de los ojos y les cuento por qué.

Simulación de manejo de lujo

Forza Motorsport siempre se ha caracterizado por ofrecer una sensación que busca el equilibrio entre la simulación y la diversión -no necesariamente que manejar sea un laburo-, adaptándose al nivel y las preferencias de cada gamer. En esta ocasión, esta octava entrega que deja atrás la numeración cumple con lo esperado, ofreciendo un control preciso y realista, que se puede ajustar mediante diversas opciones de accesibilidad. Como ya viene siendo moneda corriente, podemos elegir entre diferentes tipos de cámara, desde la interior hasta la exterior, pasando por la del casco o la del capó (no entiendo quién puede utilizar esto). También podemos modificar el nivel de dificultad de la inteligencia artificial, el desgaste de los neumáticos y el combustible, el daño mecánico y visual, o las asistencias como el control de tracción, el ABS o la línea de trazada. La IA está recontra agresiva y me gustó, en una dificultad promedio no tiene problema en chocarte si es necesario para realizar un adelantamiento, ni te digo si está entre las más alta.

La personalización sigue siendo un punto fuerte para este tanque, tanto en el aspecto visual como en el mecánico. Podemos pintarlos, ponerles vinilos, cambiarles las llantas o los alerones, o mejorarles el motor, la suspensión, los frenos o la aerodinámica; todo puede ser acomodado de forma manual o bien con una optimización automática que con un par de botonazos se acomoda solo. Contamos con más de 500 vehículos de diferentes marcas y épocas, y aproximadamente 20 pistas. 

Modos de juego que pecan de tradicionales

Donde creo que hay un gap de mejora es en el modo principal single-player llamado Carrera Forza. Este consiste en una serie de campeonatos divididos por categorías de vehículos, que nos van desbloqueando eventos según vamos ganando puntos. El problema es que estos eventos pecan de repetitivos y me resultaron poco originales, limitándose a carreras normales o contrarrelojes en los mismos circuitos una y otra vez. A diferencia de lo que nos ofreció Gran Turismo 7 con su “Café”, acá no hay ningún tipo de narrativa o progresión que nos motive a seguir jugando, ni tampoco ninguna recompensa interesante más allá de dinero y experiencia. En fin, está todo lo tradicional sin agregados que podrían haberle dado una ventaja competitiva.

Donde sí me enganché por horas fue en el modo multijugador online, que nos permite competir contra otros pilotos en carreras de todo tipo, con un sistema de emparejamiento y clasificación que nos asigna un nivel de habilidad y conducta. Otra cosa es que también cuenta con un modo espectador, que nos permite ver las carreras de otros jugadores en directo, con opciones para cambiar de cámara, ver las estadísticas o interactuar con el chat (modo Twitch). 

Audio y video tope de gama

Así como fue el caso de Forza Horizon 5, en esta ocasión también se aprovecha al palo el potencial de las Xbox Series X|S y las PC más picantes. Esta obra tiene unos modelados de autos realistas a más no poder, con efectos de iluminación, sombras y reflejos dinámicos que hacen que parezcan sacados directamente del autódromo. Los circuitos también están recreados con un nivel de fidelidad muy digno, con cambios climáticos y horarios que afectan tanto a la estética como a la jugabilidad; están avisados que a veces los reflejos del sol te van a pegar en la cara y vas a necesitar una visera. En cuanto a la lluvia, esta puede ir desde una ligera llovizna hasta una tormenta torrencial, alterando el agarre y la visibilidad si estás probando la dificultad más dura. 

Lo mejor de todo esto es que Forza Motorsport no sacrifica rendimiento por belleza, sino que ofrece una fluidez constante de 60 FPS en todas las plataformas, incluso en las resoluciones más altas. Tenemos a disposición un modo foto muy completo, que nos permite capturar nuestras mejores pisteadas al volante con todo lujo de detalles y opciones de edición.

Como fanático de juegos de autos puedo confirmar que donde más brilla FM es en el sonido. Este apartado está a kilómetros mejor que en GT7 o incluso FH5. El agarre de los neumáticos, el rugido de los motores y clavar los frenos en un derrape tienen una emisión única e inigualable. Por otra parte, la banda sonora no es nada memorable, a diferencia de su contraparte en Horizon. 

¿Forza Motorsport, Forza Horizon 5 o Gran Turismo 7?

Todas ellas son opciones espectaculares, con mucho en común, pero diferentes formas de ver las carreras. En este Motorsport creo que el diferencial está en que gana por lejos en cuanto a los efectos visuales y los niveles de personalización / accesibilidad, así como también en la cantidad de autos. El Gran Turismo 7 vas a tener una experiencia similar, pero con una orientación más dada por su narrativa y copas particulares, con menos variedad (general) y más enfoque hacia determinados segmentos como la customización mecánica. El Horizon 5 casi que compite en otra liga, porque es más arcade y un mundo abierto lleno de eventitos repentinos. Todas buenas opciones, mi preferida: Forza Motorsport porque me encanta subirme a cada uno de los 500 autos.

Conclusión de CDF Gaming

Mis expectativas eran altas y fueron cumplidas. Me resulta raro que luego de un hitazo como fue el Forza Motorsport 7 logren autosuperarse, pero Turn 10 Studios es un estudio lleno de cracks que evidentemente logró romper su propia barrera y traernos a los gamers un productazo. Forza Motorsport es una obligación absoluta para quienes se entusiasmen con los fierros, sean pros o amateur, vas a disfrutarlo en cualquiera de sus formas. 

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