De la GameCube a la Switch 2 con una linda escala técnica.

Lanzado el 20 de noviembre de 2025 en exclusiva para Nintendo Switch 2, Kirby Air Riders trae de vuelta la idea de Kirby Air Ride de GameCube y pisa el acelerador con quinta a fondo: más modos, más contenido, más caos y mucha más fineza en el diseño. HAL Laboratory y Nintendo se apoyan en el hardware de NS2 para ofrecer una obra de acción competitiva con naves que se siente a la vez arcade, party game, roguelite y hasta ¿“battle royale”?, todo envuelto en la estética colorida de Dream Land. Es un título pensado para partidas cortas, intensas y eternamente rejugables, tanto en local como online.Desde CDF Gaming ya le dimos una buena testeada y acá les damos nuestro punto de vista panorámico.

Escapada y la épica inesperada

En el medio de tanto quilombo competitivo, Kirby Air Riders se da el lujo de tener una campaña para un jugador: Escapada. Acá seguimos una historia centrada en Zorah a través de un mapa ramificado al estilo roguelite, donde vamos eligiendo rutas, eventos y desafíos que reciclan y remezclan los modos principales. Cada nodo del mapa presenta una prueba distinta (carreras, minijuegos, combates, jefes), nos da recompensas para potenciar la nave y nos empuja cada vez más a situaciones ridículamente picantes.

Lo más sorprendente es la puesta en escena: entre fase y fase aparecen cinemáticas con un nivel de cuidado y escala que no esperás de “un spin-off de carreras de Kirby”. La campaña se puede terminar en pocas horas en la primera vuelta, pero invita a rejugarla en mayores dificultades para ver otras rutas y escenas. El único punto flojo: a veces las tres pruebas que te ofrece una etapa no encajan con las características de tu nave, y te ves obligado a fallar a propósito para cambiar de vehículo, lo que corta un poco el ritmo.

Dos botones, pero mil decisiones

Kirby Air Riders es el ejemplo perfecto de “fácil de entender, difícil de dominar”. Solo usás la palanca y dos botones, pero en la práctica estás tomando decisiones de riesgo/recompensa todo el tiempo. La nave avanza sola; vos te ocupás de frenar, derrapar, cargar, golpear, absorber enemigos y soltar acelerones en el timing justo.

Hay un modo tutorial muy completo, la Escuela de pilotos, que conviene jugar sí o sí antes de tirarse a lo online: explica cada mecánica con desafíos específicos y deja clarísimo que acá hay mucho más que apretar B sin pensar.

Tomar impulso y control del derrape

El botón de carga es el corazón del sistema. Lo usás para frenar, encarar curvas cerradas en derrape y cargar el turbo. Mientras mantenés el botón, la nave desacelera pero el medidor se llena; cuando lo soltás, salís disparado. La gracia está en leer el trazado, el rebufo de los rivales y la cantidad de enemigos en pantalla para decidir si lo usás para reposicionarte, atacar o escapar.

Giros rápidos y combate constante

Con movimientos rápidos de la palanca, tu piloto hace giros agresivos que golpean a los rivales. El sistema brilla cuando seis jugadores se amontonan en una curva, todos derrapando, soltando acelerones y chocándose a lo loco. Esa mezcla de control fino y cámara siempre al borde del colapso es parte de la identidad del juego: al principio parece incomprensible, pero a medida que lo jugás empezás a “ver” el orden dentro del caos.

Habilidades especiales y habilidades de copia

Cada piloto tiene una técnica especial que se activa llenando una barra propia, y que se usa con el segundo botón. Algunas son simples (un empujón fuerte, un escudo), otras requieren práctica (áreas de daño, ataques direccionales o buffs temporales). Se suman además las clásicas habilidades de copia de Kirby y compañía: podés absorber enemigos para obtener fuego, espada, hielo, rueda y varias más, cada una con su propio uso ofensivo o de control del espacio.

Pilotos y naves: 20 formas distintas de jugar

La variedad no está solo en el roster de personajes —Kirby, Meta Knight, Rey Dedede, Waddle Dee pañuelo y otros tantos que se desbloquean cumpliendo desafíos— sino en las naves. Hay alrededor de 20 vehículos con comportamientos bien diferenciados: algunas no pueden cargar turbo, otras solo giran cuando estás cargando, otras consumen la barra de aceleración para poder moverse, otras muerden a los rivales… No es simplemente “esta va más rápido y esta gira mejor”: muchas te obligan a reaprender el juego.

Encima, todo se puede personalizar visualmente en el hangar: skins, detalles y extras para mostrar tu nave preferida, y todo sin micropagos ni tiendas raras.

Modos de juego: tres pilares muy marcados

Air Ride

Es el modo más “tradicional”: carreras de hasta seis participantes en circuitos que mezclan secciones a ras del suelo, partes aéreas, raíles potenciadores, cañones, tsunamis que frenan y túneles de vapor que te lanzan a otra zona del mapa. Hay 18 pistas en total, muchas reinterpretadas del juego de GameCube, llenas de atajos, bifurcaciones y mini-secretos que vas aprendiendo con la experiencia.

La IA tiene hasta nueve niveles de dificultad, ideal para ir escalando de a poco. Lo lindo es que, aun con un control tan simple, las carreras tienen muchísima profundidad: te obliga a leer el trazado, anticipar el rebufo de otros vehículos y usar las habilidades sin arruinar tu velocidad.

A vista de pájaro

Acá la cámara es completamente cenital y se ve el circuito entero en pantalla. Las carreras son más cortas, pueden participar hasta ocho corredores y se siente casi como un cruce entre arcade clásico y pinball: las paredes se aprovechan para rebotar y trazar líneas rarísimas. No tiene habilidades especiales, pero sí objetos, giros, cargas y el mismo diseño de circuitos delirante. Es un modo perfecto para multijugador local rápido: muy accesible, pero con margen para el jugador que le agarra la mano.

Pruebas urbanas

El modo estrella y el más “raro” de todos. Se juega siempre en un gran mapa urbano, Celesta, donde 16 jugadores (en todos contra todos o 8 vs 8) tienen cinco minutos para recorrer la ciudad rompiendo cajas, evitando enemigos, robando naves y juntando potenciadores que aumentan las estadísticas del vehículo. En cuestión de minutos tu nave puede pasar de ser un cascajo a una máquina incontrolable de velocidad absurda o un tanque que atropella todo.

Durante esos cinco minutos también aparecen eventos aleatorios: carreras relámpago, jefes gigantes, objetivos de destrucción, desafíos cooperativos, etc. Al final, todos votan entre cuatro pruebas de Estadio (dianas, carreras en línea recta, arenas contra enemigos, comer fruta, pulsar interruptores y muchas más). El resultado es curioso: todo lo que hiciste en la ciudad es preparación, pero la victoria se define en ese minijuego final, y puede haber hasta cuatro ganadores distintos. Competitivamente le saca un poco de peso al “salir primero”, pero refuerza el mensaje del juego: lo importante es divertirse en todo el proceso.

El único punto flojo de Pruebas urbanas es que, más allá de pequeñas variaciones, usás siempre el mismo mapa. Funciona porque el diseño es complejo y lleno de secretos, pero a largo plazo se siente que podría haber entrado al menos otra ciudad.

Online, Aeródromo y opciones

El online está dividido en partidas amistosas y clasificatorias para los tres modos principales. Lo raro: en rankeado no podés entrar con amigos; para jugar en grupo tenés que ir al Aeródromo, un hub online para hasta 32 jugadores donde charlan con gestos, prueban naves y arman partidas personalizadas de cualquier modo.

La conexión, en general, se siente sólida y estable, incluso en el caos total de Pruebas urbanas. Sin embargo, se extraña poder armar torneos, ligas o simplemente una lista de pistas para correr varias seguidas sin tener que volver siempre al hub. Son detalles que no arruinan la experiencia, pero se notan.

A cambio, el juego está lleno de opciones: podés toquetear reglas de partidas, activar o desactivar tipos de objetos, elegir eventos, ajustar condiciones de victoria y desbloquear una tonelada de desafíos, curiosidades, estadísticas y repeticiones para ver tus mejores (o peores) momentos.

Gráficos y rendimiento

Visualmente, Kirby Air Riders es un festival: colores fuertes, circuitos gigantes llenos de elementos móviles, efectos por todos lados y una cámara que se la banca sin volverse injugable. El estilo recuerda mucho a los últimos Super Smash Bros.: todo está diseñado para que, dentro del caos, puedas identificar qué es importante para jugar y qué es puro decorado.

En Switch 2 corre casi siempre a 60 FPS, tanto en portátil como en dock, ya sea en solitario u online. Solo en los momentos más explosivos de Pruebas urbanas, sobre todo en pantalla partida, se perciben algunas caídas de frames. Nada dramático, pero están.

Eso sí: para algunos puede ser “demasiado estimulante”. Hay situaciones en las que explota medio planeta en pantalla y entre efectos, números y chispazos podés sentirte abrumado en las primeras horas.

Sonido, música y voces

La banda sonora es enorme y variadísima: temas épicos, piezas alegres típicas de Kirby, pistas más oscuras para los jefes… y todo se puede escuchar desde un reproductor interno en el menú, o incluso desde Nintendo Music en el celu, donde ya está disponible el tema principal y una selección de canciones.

Durante la partida hay un narrador que canta qué objeto agarraste o qué evento se activó, algo muy útil cuando vas tan rápido que apenas ves el icono. Podés elegir entre voz masculina o femenina en varios idiomas (incluido español), lo cual suma bastante a la accesibilidad.

Rejugabilidad y dificultad

Entre los tres modos principales, Escapada, los minijuegos del Estadio, el online, los desafíos y el sistema de desbloqueos, Kirby Air Riders tiene vida para rato. No hay pase de batalla ni DLC anunciado: es el clásico paquete “cerrado” pero muy cargado de los juegos de Sakurai y compañía.

La dificultad arranca muy amigable, ideal para que sea el “primer juego de alguien”, pero si te quedás, la curva se vuelve adictiva: dominar las naves más raras, entender el mapa de Pruebas urbanas, aprender los circuitos y controlar el caos es una satisfacción enorme. Es el típico juego donde decís “una más y cierro” y de repente pasaron dos horas.


Conclusión de CDF Gaming

Kirby Air Riders es ese tipo de juego extraño que al principio mirás de reojo y no entendés, pero que después de algunas partidas te agarra y no te suelta. Es una mezcla muy fina de carreras, acción, party game y roguelite, con un diseño que exprime a fondo una idea ridículamente simple: mover una nave con dos botones. La cantidad de contenido, la variedad de modos, el mimo puesto en la campaña y la profundidad de Pruebas urbanas lo convierten en una de las propuestas multijugador más fuertes de Nintendo Switch 2.

Tiene detalles para pulir —un solo mapa para Pruebas urbanas, algunas limitaciones online y momentos visualmente saturados—, pero en conjunto es un juego redondo, raro y tremendamente divertido. Un nuevo clásico de culto en potencia.


Nota del redactor

8.5/10

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