Mafia: The Old Country es una historia clásica de la mafia contada con la mirada puesta en el futuro
La nueva entrega de Hangar 13 apuesta todo por la narrativa, y nos lleva a una Sicilia que respira cine desde cada piedra.

Cuando pensábamos que la saga Mafia había dicho todo lo que tenía para decir sobre gánsteres y traiciones, llega Mafia: The Old Country para demostrar que todavía hay mucho fuego en esa pistola. Esta precuela espiritual —ambientada en los campos y callejones de San Celeste, un pueblo siciliano a principios del siglo XX— no solo rinde homenaje al ADN de la serie, sino que se atreve a replantear su fórmula con una narrativa cuidada al detalle.
Sí, es un juego de mafiosos. Sí, hay tiroteos, caballos, persecuciones y whisky ilegal. Pero lo que más sorprende no es la acción, sino cómo todo eso se articula dentro de una historia que tiene más de El Padrino Parte II que de sandbox genérico. Acá no hay íconos en el mapa para recolectar, ni misiones de relleno: cada escena empuja la vida de Enzo, el protagonista, hacia adelante como si estuviéramos jugando una serie de HBO.
Una historia con alma (y corazones rotos)
La narrativa de The Old Country es una mezcla refinada de tradición y novedad. Seguimos a Enzo, un minero que cae lentamente en las redes del crimen organizado, seducido tanto por la promesa de poder como por el amor prohibido que siente por Isabella, la hija del Don. La historia no teme mostrar los dilemas morales, las contradicciones humanas ni el precio emocional del ascenso en el bajo mundo. En ese sentido, es menos un simulador de mafioso y más un drama de época jugable.
Don Torrisi, Luca, Cesare… los personajes secundarios no están ahí para decorar el camino del jugador, sino para construir un ecosistema narrativo que se siente vivo, con relaciones complejas, lealtades frágiles y pasados que pesan. Lo notable es que el juego evita caer en la caricatura del mafioso con sombrero y puro. Acá, la mafia se retrata como una red secreta más que como un cartel violento, y eso le da una dimensión histórica interesante.
El gameplay al servicio del relato
Si bien la jugabilidad tiene momentos de sigilo, combate y exploración, todo está diseñado para alimentar la historia. En una misión estás infiltrándote en una estación de policía para recuperar mercadería confiscada. En otra, todo empieza como un paseo tranquilo y termina en una balacera con persecución a caballo. Pero en ningún momento se siente que estás haciendo algo solo por llenar minutos de juego. Cada acción tiene peso dramático y repercusión en la historia de Enzo.
Lo más destacable es cómo fluye todo. No hay transiciones bruscas, ni cortes innecesarios. Podés pasar del sigilo a los tiros en segundos, sin perder el hilo narrativo. El control es preciso, los enfrentamientos están coreografiados con ritmo cinematográfico, y hasta las persecuciones tienen un aire de vieja escuela, con autos que derrapan más por tensión que por física realista.

Una Sicilia para recorrer, no para saquear
El mundo de The Old Country no es un sandbox al uso. No te vas a encontrar con mil actividades opcionales ni coleccionables inútiles. Pero lo que hay está pulido al detalle. El paisaje siciliano, modelado con Unreal Engine, es una belleza: viñedos que se extienden hasta el horizonte, ruinas romanas, pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Es un entorno que te invita a recorrer con calma, a pie, a caballo o en auto, pero siempre con una meta concreta.
En ese sentido, el juego se anima a romper con la estructura típica de mundo abierto. Si Enzo no tiene motivos para ir a un lugar, no podés ir. No porque te lo impidan, sino porque no tiene sentido narrativo. Esta decisión le da al juego un ritmo que se agradece: te sentís dentro de una película donde cada plano está justificado.
Una nueva era para la saga Mafia
Hangar 13 no está improvisando. The Old Country es el comienzo de una nueva etapa para la franquicia, una que apuesta por historias contenidas, profundas, y un estilo de presentación más cinematográfico que lúdico. La idea es que cada juego funcione de manera independiente, pero que existan conexiones sutiles entre ellos, formando un mosaico narrativo más grande.
La jugabilidad no desaparece, pero se subordina a la historia. Y eso es un cambio valiente en un mercado saturado de juegos que priorizan la libertad por encima de la coherencia. Acá no te sentís omnipotente: te sentís parte de algo más grande, donde cada decisión —incluso las más pequeñas— tiene consecuencias reales.
Mafia: The Old Country se lanza el 8 de agosto en Xbox Series X|S, y estará disponible también vía juego en la nube para quienes tengan Game Pass Ultimate. No sabemos si es el comienzo de una trilogía o de algo más ambicioso, pero si mantiene este nivel de narrativa y ambientación, estamos listos para jurar lealtad al Don.