Dragon Quest Treasures | REVIEW

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Un spin-off que divierte y entusiasma al público.

Ante la extensa espera de la secuela de Dragon Quest XI, Square Enix reduce nuestra ansiedad publicando una nueva entrega de la franquicia que se enfoca en toda la cultura de búsqueda de tesoros en un mundo lleno de magia, colores y monstruos del más espectacular estilo oriental.

Dragon Quest Treasures está disponible en Nintendo Switch desde el 9 de diciembre y trae consigo una propuesta interesante que mezcla acción y aventura para todas las edades. 

Esta obra toma lugar en Draconia y tendrá como protagonistas a Erik y Mia, dos jóvenes llenos de energía y motivaciones con un excelente desarrollo de personajes. Excluyendo la isla central, los pequeños estelares podrán recorrer cinco diferentes biomas en su caza de tesoros, desde montañas volcánicas y desiertos secos hasta tierras heladas. Cada uno habitado por un grupo de extrañas y maravillosas criaturas. 

Durante la aventura, podrás encontrarte con monstruos especiales hechos enteramente de gemas preciosas. Estos son extremadamente raros «bejewelled monsters», y cargan con ellos exquisitos tesoros. Si tienes la suficiente suerte de encontrarte uno, seguro querrán unirse a tu equipo. Dicho sea de paso, aquí no hay un sistema al estilo Pokémon que te da la potestad de arrojar una pokebola con el objetivo de capturar a los bichos, sino que en Dragon Quest el asunto es pura y exclusivamente aleatorio, los propios slimes, demonios y demás decidirán de forma randomizada si se añadirán a tu party.

El combate es otro punto destacable, ya que a diferencia de las anteriores entregas de Nintendo 3DS o consolas previas, todo lo que refiere a luchas implica un poco más de la inteligencia del jugador para derrotar a los enemigos de forma eficiente; sobre todo todo el sistema de dar órdenes a los monstruos -cada uno con tres o cuatro habilidades en su poder- para que luchen contra la IA. Si bien no tiene una dificultad muy alta, anteriormente la complejidad de los acertijos o las luchas era ridículamente baja. 

En el transcurso de sus aventuras, Erik y Mia serán capaces de obtener medallas con temática de monstruos, que podrán ser equipadas para potenciar estadísticas como el poder de ataque y destreza. Algunos vendrán dentro de cofres, mientras que otros pueden ser soltados por los engéndros.

Pese a que el juego tiene cierta orientación lineal, el factor de exploración es positivamente premiado. Como en las viejas películas de piratas, aquí habrá mapas que llevarán a islas o calabozos que albergan a tesoros invaluables. Será parte de tu trabajo acercarte a estos portales que te guiarán directamente hacia estos santuarios protegidos por bosses y minions.

El apartado online también es muy interesante. Más allá de que todo lo que implica conectividad en línea para las consolas de Nintendo suele ser un dolor de cabeza, en Dragon Quest Treasures parece haber una optimización especial. Lógicamente lo que podrás hacer de forma cooperativa es explorar, cazar premios, enviar monstruos a las islas de tus amigos o darle like a los items de los colegas para que aumenten su valor. 

Dragon Quest Treasures ha sido una linda experiencia y ha tenido un funcionamiento excepcional en Nintendo Switch, convirtiéndola en la plataforma ideal para pasarte horas como arqueólogo-pirata-guerrero en las bellas tierras de Draconia. Si sos un gamer achiever, acá tendrás miles de tareas para cumplir y cientos de escenarios para investigar. 

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