Terror argentino de altísimo nivel.

Siempre es un placer para los miembros de CDF Gaming escribirles sobre videojuegos de terror, pero aún más satisfactorio es cuando esos mismos son desarrollados en nuestro país, Argentina. Latinoamérica ha sido cuna de numerosos títulos de altísimo calibre y el talento de todos los países de la región se exporta constantemente hacia las grandes compañías. No obstante, muchos de esos recursos humanos optan por quedarse en sus países de origen y dar lo mejor de sí para ofrecer productos de buen porte al mercado. Estos últimos días hemos estado jugando Vlad Circus, una obra de terror psicológico que cayó en nuestras consolas y estamos muy orgullosos de ello. 

Pero antes de sumergirnos en esta mansión llena de fenómenos, ¿es este el primer juego de horror made in ARG? Demos un repasito.

Bueno, como se habrán imaginado, la respuesta es NO. Desde hace muchos años que los gamers disfrutamos de proyectos de terror desarrollados en Argentina. Hay una innumerable cantidad de títulos para mencionar, pero rápidamente se nos vienen a la cabeza unos cuantos como Scratches, lanzado por Nucleosys en 2006; otro es Doorways de Saibot Studios, elogiado hasta los codos por un diseño de sonido increíble; y uno de los últimos y más relevantes es MADiSON, creado por solo dos personas muy cracks: Alexis Di Stefano y Nicolás Recabarren.

Ahora bien, Vlad Circus: Descend into Madness es un juego de aventura con tintes psíquicos muy picantes y con gráficos pixel art ambientado en los años 20. Acá vamos a tener que explorar un caserón lleno de secretos, peligros y enigmas, mientras intentamos escapar de las alucinaciones y la locura que nos acecha. 

Historia: el plato fuerte 

La trama gira en torno a Oliver Mills, un hombre atormentado por el pasado de su circo de fenómenos, que ardió en llamas hace años. Este tipo recibe una misteriosa invitación para visitar una mansión donde supuestamente se encuentra su antiguo socio, Vlad. Sin embargo, al llegar, se da cuenta de que su hospedaje no es más que un laberinto de pesadillas y tormentos, donde tendrá que enfrentarse a sus propios demonios y también a los de su ex compañero.

Un apartado visual majestuoso

Desde la pantalla de carga te das cuenta que vas a sumergirte en un videojuego hermosamente diseñado. Tiene un estilo pixel art muy meticuloso y detallado, que recrea la atmósfera oscura que esperamos de una típica mansión embrujada. Vlad Circus hace uso de un sistema de iluminación en 2D zarpado, que crea contrastes entre las zonas iluminadas y las sombras, donde se esconden amenazas y secretos. Pese a su estilo pixelado, las expresiones de cada personaje son más que perfectas.

Otro aliado estratégico del terror: el sonido

El trabajo realizado en el sonido de este tanquecito me pareció sobresaliente. El horror no sería horror sin los efectos y música correspondiente, y Vlad Circus logra envolvernos en una atmósfera aterradora llena de tensión. 

Gameplay simple, pero funcional

La jugabilidad combina acciones como la resolución de acertijos, supervivencia y un poquito de acción. Nuestro trabajo consiste en explorar más de 50 escenarios diferentes dentro de la mansión, buscando pistas, objetos y salidas. Será parte de nuestro laborar también gestionar ciertos recursos, como la salud, el inventario y la cordura, dado que todo esto afecta a nuestro rendimiento y la percepción de la realidad. 

Conclusión de CDF Gaming

Vlad Circus: Descend into Madness es una joyita del terror que no hace más que enorgullecer a nuestro país. Lo hemos probado entre todos los redactores del sitio y hemos congeniado en que su historia es el punto más fuerte como producto y nos quedamos con tal buen sabor de boca que ansiamos mucho conocer futuras propuestas de este su desarrolladora Blowfish Studios.

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