Agustina Sanchez: el camino de una psicóloga pionera en Esports

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Conversamos con una de las profesionales que trabajan detrás de escena generando impacto en una de las áreas más importantes de la industria de los esports: la salud mental.

En 2017, recién recibida de psicóloga, Agustina comenzó su recorrido profesional en un consultorio alquilado por hora en Caballito, donde llegaron los primeros pacientes y las primeras experiencias dentro del ámbito clínico. Casi en paralelo, su curiosidad la llevó a realizar prácticas en River, en un momento en que la psicología del deporte y la neurobiología aplicada a la alta competencia empezaban a ganar terreno. Ese descubrimiento del potencial humano —a través de técnicas de respiración, meditación, compasión en escenarios desafiantes y resiliencia cognitiva— marcaría el rumbo que vendría después.

Con una carrera de posgrado y un camino consolidado en consultorio, en 2021 se cruzó con un artículo de The Atlantic sobre Esports, alcance y salud mental. Allí aparecía el caso de un jugador amateur de California que había fallecido por suicidio. Ese episodio funcionó como un punto de inflexión: supo, sin dudas, que quería dedicar su trabajo a este universo, unir la psicología con los deportes electrónicos de alto rendimiento y, sobre todo, contribuir a que quienes compiten lo hagan de manera segura y acompañada.

El desafío no era menor: casi no había psicólogos especializados en Esports, ella no venía del mundo de los videojuegos y, además, las mujeres en la escena eran pocas. Aun así, decidió abrirse camino en un territorio nuevo, movida por la convicción de que la salud mental debía tener un lugar dentro de una industria que crece a una velocidad vertiginosa.

En la actualidad, y desde hace algunos años, forma parte de Leviatán, uno de los equipos más destacados del continente. Desde CDF tuvimos la oportunidad de conversar con ella y conocer más sobre su trabajo, su mirada y su rol dentro de la escena.

Jugar videojuegos en sí tiene un montón de puntos positivos. Es un espacio donde podemos ser de otra manera, actuar desde otra versión de nosotros mismos.

Cuando jugamos, tomamos una forma distinta de agencia, una forma distinta de estar en el mundo: probamos nuevas metas, nuevas capacidades y nuevas maneras de actuar. Nos permiten experimentar con otras versiones de nosotros mismos, diseñadas por alguien más —el creador del juego— y ver cómo nos sentimos ahí dentro. Así como la pintura guarda imágenes y la música guarda sonidos, los juegos guardan modos de actuar.

Siempre el límite está en las cosas que estás dejando de lado por jugar videojuegos, qué impacto tiene en tus objetivos las horas que le dedicas al juego, en tu cuidado personal y en tus vínculos. Para una vida saludable, todos los aspectos de nuestra vida que son importantes deben estar relativamente bien atendidos. somos seres muy complejos para definirnos solo desde un ámbito de nuestras vidas.

Los videojuegos pueden ser el ámbito en el que elijas desarrollarte, pero si desatendes tu salud física y emocional, así como tus vínculos, difícilmente puedas sentirte realizado, no importa cuántos títulos obtengas.

La preparación psicológica de un jugador profesional parte siempre de un marco fundamental: las rutinas y la disciplina. Sin esa base, no hay proceso posible. El objetivo es que el jugador pueda sostener espacios de entrenamiento eficientes, rendir de forma constante y no caer en el piloto automático. No se trata solo de “jugar por jugar”, sino de entrenar con intención y propósito.

Una vez que ese marco está consolidado, el trabajo se orienta a regular pensamientos y emociones para generar un juego más limpio de ruido interno. Pero no se trata de anularlos: las emociones y los pensamientos también son materia prima del rendimiento. Por eso, el entrenamiento psicológico busca afinarlos, no suprimirlos. Es un proceso de sintonización entre mente, cuerpo y conducta: lo que en alto rendimiento llamamos mindset.

También trabajamos sobre la motivación y el sentido del juego. ¿Para qué jugás? ¿Qué significa jugar para vos? Esas preguntas son las que sostienen en los momentos difíciles —que son muchos— y también en los de éxito, donde hay que aprender a disfrutar y luego volver a la tierra para seguir creciendo.

La preparación incluye aspectos relacionales: el trabajo en equipo, la comunicación dentro y fuera del servidor, la gestión de la presión y del hate. Todo eso forma parte del ecosistema psicológico del jugador profesional.

En definitiva, no existe una fórmula lineal: la preparación mental en esports es una construcción dinámica, que integra múltiples variables —personales, emocionales y colectivas— que conviven y se ajustan todo el tiempo.

Lo que más aparece es la ansiedad, sobre todo como resultado de la falta de herramientas para afrontar los desafíos de una profesión que exige mucho y cambia todo el tiempo. Es importante aclarar que los videojuegos no generan ansiedad: más bien, la ansiedad suele ser una condición previa que encuentra en el entorno competitivo un espacio donde se amplifica.

Por eso es clave que los jugadores estén acompañados por profesionales de la salud que puedan enseñar estrategias personalizadas, porque no existe una única forma de regularse ni una herramienta que sirva para todos. Cada jugador tiene su propia estructura emocional, su historia y su modo de procesar la presión.

También es común que la ansiedad aparezca como comorbilidad de algún tipo de neurodivergencia, como TDAH, autismo o dislexia. En esos casos, el abordaje debe ser cuidadoso y adaptado: hay que trabajar un diagnóstico a la vez y construir un entorno que no patologice, sino que acompañe la singularidad de cada mente.

Yo creo que debería ser obligatoria la educación en salud mental, no solo en los esports sino en la vida cotidiana. Entender cómo funcionamos, qué necesitamos y cómo podemos autorregularnos es la base para no vivir con la sensación de estar “fuera de lugar” en un mundo que no siempre contempla nuestras diferencias.

Sí, definitivamente. A las jugadoras se les pide que compitan, respondan y vivan la profesión “como varones”. Sin embargo, las mujeres tenemos nuestras propias formas de entrenar, de comunicar y de procesar la presión, y esas formas aún no han sido suficientemente exploradas ni valoradas.

Además, todavía persiste un estigma sobre el lugar de la mujer en la escena: muchas veces se da por sentado que “no pertenecemos al servidor”. Esa mirada obliga a las jugadoras a tener que demostrar constantemente su legitimidad, a probar el doble para ser tomadas en serio.

Y algo que también observo es que, dentro de las propias escuadras femeninas, a veces hay una presión interna importante. Muchas veces encontre poca camaradería y tolerancia al error —quizás por el mismo peso simbólico de tener que representar a todas las mujeres cuando se está compitiendo—. Falta diálogo genuino, espacios de contención y desarrollo emocional dentro de los equipos. Todo eso es parte del trabajo que todavía tenemos por construir.

Creo que hoy en día la comunidad está necesitando espacios de formación, una estructura y regulación en los torneos y competencias.

Si queremos hacer de esto una profesión seria y sostenible, necesitamos crear espacios de debate, donde se discutan los ideales de la escena, qué desafíos presenta y plantear soluciones a mediano/largo plazo.

Afortunadamente ya hay muchos más psicólogos y psicólogas que se están recibiendo y quieren dedicarse a la psicología de deportes electrónicos. También hay más coaches y staff con una perspectiva más humana, que se interesan por la salud y el bienestar del jugador para optimizar su rendimiento. Siempre hay mucho trabajo por hacer y hoy podemos decir que somos muchos los que estamos trabajando para brindar soluciones a las próximas generaciones de jugadores.


En una industria que evoluciona a una velocidad difícil de seguir, el aporte de profesionales como Agustina marca una diferencia real. Su trabajo no solo acompaña a los jugadores en los momentos de mayor presión, sino que también abre camino para que sigamos conversando sobre la importancia de la salud mental.

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