Battle Train | REVIEW
La estrategia se sube a los rieles del caos.
Un viaje frenético y explosivo sobre rieles
Lanzado el 17 de junio de 2025 para PC y Nintendo Switch, Battle Train es una propuesta tan inesperada como adictiva. Desarrollado por Terrible Posture Games junto al estudio Nerd Ninjas y publicado por Bandai Namco, este roguelite no se conforma con las convenciones del género. En cambio, lo hace descarrilar (literalmente) con una jugabilidad sobre rieles, decisiones estratégicas por turnos y una estética que roza lo absurdo en el mejor de los sentidos.
Con una base de construcción de mazo y combates tácticos en tiempo real por turnos, Battle Train se convierte rápidamente en una experiencia donde la estrategia se mezcla con el caos, y donde cada nuevo intento es una oportunidad para redefinir tu forma de jugar. Pero no solo hablamos de cartas y enemigos: acá también se construyen vías, se reclaman recursos y se destruyen trenes rivales con precisión quirúrgica… o con una bomba bien puesta.

Historia
Aunque el foco del juego claramente está en la jugabilidad, el modo historia no se queda atrás. En unas 15 horas aproximadas, Battle Train nos presenta a una galería de personajes excéntricos, anfitriones delirantes y rivales coloridos, con un tono general que se ríe de sí mismo. Entre combates y decisiones clave, el jugador será testigo de la caída del enigmático Campeón Supremo Aalvado, en una narrativa de redención y creatividad que, aunque no es el plato principal, aporta una capa inesperada de carisma al conjunto.
Gameplay
El corazón de Battle Train está en su mecánica híbrida. Combina elementos clásicos del roguelite como la progresión por pisos, elección de caminos, jefes únicos y eventos especiales, con un sistema de combate por turnos en el que no solo jugás cartas, sino que construís literalmente el campo de batalla.
Cada turno implica tomar decisiones tácticas: ¿construís una vía para llegar al enemigo? ¿colocás una barricada para retrasar su avance? ¿activás una bomba para sabotear su progreso? El posicionamiento importa, y mucho. Y no solo por las rutas: también por la gestión de minas que otorgan recursos a lo largo de la partida, claves para desplegar nuevas cartas o mejorar tu tren.

La baraja inicial es bastante básica, pero se enriquece con el progreso. Hay una gran variedad de cartas —desde ofensivas, defensivas y disruptivas— y múltiples mejoras permanentes que podés desbloquear entre runs. Como en todo buen roguelite, el aprendizaje entre derrotas es parte del proceso, y cada intento se siente más afinado.
Construí tu máquina de destrucción
Uno de los aspectos más originales es la posibilidad de personalizar tu propio tren. No se trata solo de un transporte simbólico, sino de un verdadero vehículo de combate, cuyas partes modifican estadísticas, habilidades pasivas y hasta efectos visuales. Algunas piezas te otorgan más ingreso de minerales por turno, otras desbloquean nuevas habilidades o suman escudos automáticos. Esta modularidad se convierte en una parte central de la estrategia: no hay un único tren ganador, sino que cada carrera se adapta a cómo evoluciona tu mazo, qué enemigos enfrentás y qué decisiones tomás en el camino.
Gráficos
Estéticamente, Battle Train es puro delirio. Colores saturados, efectos explosivos, trenes con cañones, bombas con patas y anfitriones con peinados imposibles componen un universo visual que no pretende ser serio ni sobrio, pero sí consistente en su propuesta. La cámara isométrica ayuda a mantener el orden en medio del caos visual, y las animaciones —aunque simples— son efectivas. No es un juego que te vuele la cabeza gráficamente, pero sí uno que se diferencia en estilo y personalidad.
Sonido
La música acompaña con temas frenéticos, bien al estilo arcade, que le ponen ritmo a cada combate. Los efectos de sonido hacen lo suyo, desde los chirridos de los rieles hasta las explosiones, y el voice acting es limitado pero funcional. Lo más destacado en este apartado son los comentarios de los anfitriones, que muchas veces actúan como narradores sarcásticos del caos que desatamos.

¿Qué tan rejugable es?
Si bien el modo historia tiene un cierre definido en unas 15 horas, la verdadera carne del juego está en su rejugabilidad. Con más de 100 horas posibles gracias a múltiples combinaciones de trenes, cartas, caminos, personajes y eventos aleatorios, Battle Train es un título pensado para quienes disfrutan del “una más y lo dejo”.
En cuanto a la dificultad, está bien balanceada. El juego no es brutal en sus primeras horas, pero escala rápidamente, y cometer errores se paga caro. Las decisiones estratégicas importan, y eso lo vuelve gratificante. ¿Una vía mal colocada? Perdiste la iniciativa. ¿Gastaste recursos antes de tiempo? Vas a pagarlo. La curva de aprendizaje es clara, pero justa.
Conclusión de CDF Gaming
Battle Train es un roguelite con una vuelta de tuerca única: trenes de guerra sobre vías personalizables, duelos explosivos y estrategia en cada decisión. No es un juego para todos, pero sí un título ideal para quienes buscan algo original, rejugable y con una dosis de humor absurdo. Mezcla mecánicas de construcción de mazo, tácticas por turnos y diseño modular de forma inteligente, y lo hace con un estilo visual que lo diferencia del resto. Si te gustan los juegos que no se toman demasiado en serio pero que sí exigen planificación y reflejos mentales rápidos, este tren definitivamente es para vos.
Nota del redactor
8.5/10