Spirit of the North 2 | REVIEW
Un regreso espiritual entre ruinas y espíritus.
Cinco años después del lanzamiento del Spirit of the North original, Infuse Studio vuelve a la carga con una secuela que retoma el corazón contemplativo de la primera entrega y lo expande en todos los sentidos. Spirit of the North 2, lanzado en 2025 para PC, PlayStation 5 y Xbox Series X|S, mantiene la esencia de su predecesor: un juego sin diálogos, guiado por la exploración, la conexión con la naturaleza y una ambientación de otro mundo. Publicado por Merge Games, esta nueva aventura intenta ir más allá de lo visualmente evocador para ofrecer una experiencia más compleja y emocional.

Una historia de búsqueda y redención
En Spirit of the North 2 volvemos a encarnar al enigmático zorro rojo, pero esta vez no estamos solos. Acompañados por un nuevo espíritu de cuervo, la historia nos invita a recorrer un mundo antiguo en ruinas para rescatar al Guardián de los Espíritus, una figura central cuya ausencia ha permitido que la corrupción invada la tierra. No hay diálogos ni textos explicativos; todo se narra a través del entorno, las animaciones y la música. Esta forma de contar sigue siendo uno de los puntos fuertes del juego, aunque por momentos puede generar cierta desconexión para quienes busquen una narrativa más tradicional o explícita.
Gameplay
El sistema de juego ha recibido un lavado de cara importante respecto al original. Lo que antes era una caminata pausada entre paisajes ahora suma mecánicas de plataformas más pulidas, rompecabezas ambientales mejor integrados y un nuevo sistema de habilidades espirituales. El zorro puede absorber energía espiritual para desbloquear zonas, empujar objetos etéreos o activar mecanismos arcanos. La gran novedad es el cuervo, que puede volar a ciertas zonas inaccesibles, levantar objetos y ayudar en los puzles.

La interacción entre ambos personajes agrega capas de complejidad sin romper el ritmo meditativo del juego. Los escenarios están más abiertos y hay secretos escondidos, como máscaras y esencias antiguas, que incentivan la exploración. Aunque el juego no tiene combates directos, sí hay secuencias en las que debemos esquivar peligros, lo cual suma algo de tensión y dinamismo.
Gráficos
Si algo destacaba del primer Spirit of the North era su apartado visual, y en esta secuela eso se potencia gracias al Unreal Engine 5. Los paisajes son de una belleza sobrecogedora: llanuras cubiertas de niebla, templos en ruinas iluminados por la luz del crepúsculo, cuevas con bioluminiscencia, y todo envuelto en una atmósfera etérea que evoca a Journey o Abzû. La dirección artística mantiene ese tono nórdico místico, con referencias a runas, tótems y construcciones inspiradas en la mitología escandinava.

En cuanto al sonido, el compositor Joseph Gifford regresa para aportar una banda sonora emotiva que oscila entre lo introspectivo y lo épico. Cada acorde acompaña perfectamente la travesía, funcionando como guía emocional ante la ausencia de palabras. Los efectos sonoros también brillan por su sutileza: desde el viento entre los árboles hasta el eco de nuestros pasos en una caverna ancestral.
Dificultad y duración
Spirit of the North 2 no es un juego difícil en términos tradicionales. No hay enemigos que derrotar ni mecánicas que exijan precisión milimétrica. Sin embargo, sí exige atención, paciencia y una voluntad de interpretar lo que el entorno nos quiere decir. Algunos puzles pueden volverse un poco crípticos, especialmente hacia el final, y las zonas más abiertas a veces generan confusión sobre a dónde ir.
La duración total ronda las 6 a 8 horas en una primera pasada, y puede extenderse si se decide buscar todos los coleccionables. Es una experiencia pensada para disfrutarse sin apuro, donde lo importante no es ganar sino conectarse con el viaje.

Rejugabilidad: moderada pero significativa
Aunque la historia es lineal, el diseño más abierto de los niveles y la presencia de secretos escondidos le dan al juego un valor de rejugabilidad razonable. Además, hay una dimensión emocional que puede hacer que revisitar ciertas áreas con una nueva perspectiva sea gratificante. No hay modos alternativos ni desafíos extra, pero la belleza del mundo invita a volver aunque sea solo para pasear.
Un título que apela a la sensibilidad del jugador
Podríamos decir que inscribe en esa categoría de juegos que buscan tocar una fibra más emocional y contemplativa. Está más cerca de una experiencia artística que de una aventura tradicional. Es ideal para quienes disfrutan de juegos como Journey, Rime, The Pathless o Ori and the Blind Forest. No será para todos los públicos, pero quienes conecten con su propuesta lo recordarán por mucho tiempo.

Conclusión de CDF Gaming
Spirit of the North 2 es una secuela que no solo mantiene el espíritu (nunca mejor dicho) del original, sino que lo eleva a través de una jugabilidad más rica, un mundo más complejo y una presentación audiovisual impecable. Es un viaje que habla sin palabras, que emociona sin cinemáticas, y que demuestra que a veces lo más simple puede ser profundamente conmovedor. No es un título que busque competir en lo masivo, pero sí es uno que se merece un lugar especial entre los juegos que dejan huella.
Nota del redactor
8.5/10