Un viaje explosivo al corazón de los años 50.

Deliver At All Costs es el debut de Studio Far Out Games, un equipo sueco que pasó de un proyecto estudiantil a una producción publicada por Konami. El juego se lanza el 22 de mayo de 2025 para PC (Steam, Epic Games Store y GOG), PlayStation 5 y Xbox Series X|S. En PC, estará disponible de forma gratuita durante su primera semana en la Epic Games Store, y en Steam se puede precomprar con un 10% de descuento.

Con una dirección artística exagerada y un diseño que prioriza la física, Deliver At All Costs se posiciona como una propuesta indie ideal para quienes disfrutan del caos controlado, las físicas absurdas y un humor ácido que no se toma demasiado en serio. Pero no por eso deja de tener ambición en su jugabilidad ni en su narrativa, por eso, acá les contamos qué nos pareció desde CDF Gaming.


Historia

En la piel de Winston Green, un veterano del ejército reciclado en repartidor a la fuerza, tendremos que completar una serie de encargos imposibles: desde transportar animales exóticos, manipular maquinaria peligrosa, hasta entregar paquetes en medio de persecuciones, explosiones o bajo la vigilancia de un gobierno totalitario. El juego no sigue una narrativa tradicional de mundo abierto, sino que se divide en tres grandes actos, cada uno con misiones independientes pero conectadas temáticamente, donde iremos conociendo más sobre el pasado de Winston y el trasfondo de este universo exagerado.

La ambientación está muy bien lograda: se respira una mezcla entre parodia y homenaje a los años 50, con una América paranoica por la Guerra Fría, obsesionada con los ovnis, la televisión y las conspiraciones. A través de diálogos rápidos, transmisiones radiales y situaciones absurdas, esta obra va construyendo una identidad narrativa propia que no se toma en serio, pero que resulta atrapante por su creatividad y referencias constantes.


Gameplay

La jugabilidad es sin duda el alma del juego. Deliver At All Costs combina conducción arcade, físicas exageradas y pequeños toques de estrategia y exploración. Desde una cámara isométrica que se adapta según la misión, manejamos distintos vehículos de entrega, todos con sus propias particularidades: autos con grúas, camiones modificados, incluso coches miniatura. Cada misión tiene una lógica distinta: tal vez tengamos que abrirnos paso rompiendo todo a nuestro paso, otras veces esquivar obstáculos con precisión milimétrica, o incluso utilizar herramientas del entorno para alcanzar nuestro destino.

Uno de los elementos más destacables es el nivel de destrucción interactiva. Casi todo en el mapa se puede romper, derribar o usar como arma improvisada. Esto genera situaciones impredecibles donde el caos no solo es permitido, sino que está incentivado. Las físicas hacen que cada impacto se sienta único y gracioso, incluso cuando fracasás estrepitosamente. No hay penalización dura por equivocarse: el juego busca que experimentes y te rías en el proceso.

Además, hay secciones a pie que agregan variedad, donde podés entrar a edificios, activar mecanismos o incluso enfrentarte a situaciones más sigilosas. La combinación entre conducción y acción directa genera un buen ritmo, y ninguna misión se siente igual a la anterior.


Estética y sonido de los años 50

Visualmente, este proyectazo tiene una identidad muy marcada. Con una paleta saturada, líneas gruesas y animaciones caricaturescas, todo recuerda a los viejos comerciales de TV y a los dibujos animados de mediados de siglo. Los personajes son exagerados, con movimientos casi teatrales y expresiones faciales ridículas. Incluso los vehículos tienen un diseño retrofuturista encantador, como si salieran de una feria mundial de 1958.

La ambientación sonora acompaña de forma bárbara. Las canciones de rock ‘n’ roll, las transmisiones radiales estilo propaganda y los efectos de sonido tipo Looney Tunes refuerzan ese aire nostálgico y satírico. En lo técnico, corre bien en PC de gama media, aunque con tantos objetos interactuables y física dinámica, en algunos momentos puede haber bajones de rendimiento si se acumulan explosiones o colisiones masivas.


Rejugabilidad y dificultad

Deliver At All Costs tiene un enfoque bastante abierto en su diseño. Las misiones se pueden repetir, y cada una ofrece múltiples formas de ser abordada. ¿Querés ir directo y rápido, rompiendo todo? ¿O preferís buscar una ruta alternativa más sigilosa o eficiente? Incluso hay objetivos secundarios y recompensas cosméticas por completar desafíos opcionales, como entregar en tiempo récord, no dañar ciertos objetos o generar cierta cantidad de destrucción.

La dificultad va en aumento progresivamente, pero nunca llega a ser frustrante. Está diseñado para que el usuario experimente con libertad y aprenda de sus errores. No hay un sistema de muerte tradicional: si fallás, simplemente volvés a intentar. Esto lo vuelve ideal para sesiones casuales, pero también para quienes buscan exprimir cada misión al máximo.

Además, hay contenido desbloqueable y rumores de que se añadirán más niveles o modos en el futuro si el juego funciona bien en ventas. Con su estilo tan particular, no sería raro que se convierta en uno de esos indies de culto que perduran en el tiempo.


Conclusión de CDF Gaming

Si te gustan los juegos donde el humor, la creatividad y el caos tienen más peso que la precisión o la competencia, Deliver At All Costs es para vos. No intenta revolucionar ningún género, pero mezcla tantas cosas bien que resulta fresco. Es como una sátira jugable del mundo moderno disfrazada de juego de entregas vintage, y eso lo hace único.

Su estética coherente, su jugabilidad variada y su filosofía de “hacer lío y divertirse” lo convierten en una experiencia que vale cada minuto. Además, al no ser muy largo ni exigir una curva de aprendizaje elevada, es ideal tanto para jugadores casuales como para quienes buscan algo distinto entre tantos títulos más serios.


Nota de redactor

8.5/10

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